COMUNIDAD CIENTÍFICA

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Estudios científicos realizados demuestran los efectos nocivos de la exposición a campos electromagnéticos.

Los estudios de Fisiología médica constatan que a través de las membranas celulares existen potenciales eléctricos que juegan un papel importante en el control de muchas de sus funciones, como sucede en las células de las glándulas y en la comunicación intercelular fundamentalmente en las células excitables como las nerviosas y musculares que son capaces de transmitir a lo largo de sus membranas impulsos eléctricos.

Un campo eléctrico puede contribuir a desencadenar potenciales de acción en las células o causar cambios en el potencial de la membrana, causando perturbaciones en el sistema nervioso central e inmunitario.

No olvidemos que el ser humano es un organismo bioeléctrico y que el bioelectromagnetismo rige la mayoría de procesos biológicos.

Hoy en día hay centenares de estudios que demuestran los efectos nocivos de la contaminación electromagnética, siendo la reunión de mayo de 2015 con 207 científicos de altísimo nivel de 40 países, un resumen muy esclarecedor del impacto nocivo de los CEM.

Artículo de prensa de la reunión: Las directrices internacionales de protección para los CEM (campos electromagnéticos) no ionizantes son inadecuadas.

Numerosas publicaciones científicas recientes han demostrado que los CEM afectan a los organismos vivos a niveles muy por debajo de la mayoría de las directrices internacionales y nacionales.

Los efectos incluyen el aumento de riesgo de cáncer, el estrés celular, el aumento de radicales libres dañinos, daños genéticos, cambios estructurales y funcionales del sistema reproductor, déficits en el aprendizaje y la memoria, trastornos neurológicos y efectos negativos en el bienestar general de los seres humanos. El daño va más allá de la especie humana, ya que cada vez hay más evidencia de efectos nocivos tanto para las plantas como para los animales.

Estos resultados justifican su llamamiento a las Naciones Unidas (ONU) y a todos los Estados miembros del mundo, para estimular a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a ejercer un importante liderazgo en el fomento de la elaboración de directrices para los CEM que protejan a la población, a fomentar medidas de precaución, y a educar al público en general sobre los riesgos para la salud, especialmente para los niños y en el periodo de desarrollo fetal. En caso de no tomar medidas, la OMS está incumpliendo su cometido como organismo internacional preeminente de salud pública.